Bueno, ante todo, hay que darle honor y honra al reciente movimiento que se ha estado impulsando en este pulguero. Ya que en este mundo, durante los últimos 50 años, se ha presentado una increíble recuperación del orgullo para todas las minorías (el Orgullo Negro, el feminismo, el Orgullo Gay, y hasta el orgullo de la dizque gente que hemos hecho de este nuestro muladar privado), no cabe más que aplaudir al siempre jovial Diego Édison Umaña y sus muestras de apoyo al Orgullo Mandril.

A las pruebas me remito:


Esta imagen, tomada el domingo por Futbolred e infamemente usurpada por mí demuestra el nuevo signo que el director técnico del América presenta para sus hinchas, apoyando el orgullo de la población mandril, de la misma forma en que Lionel Messi llevó una camiseta alusiva a cierta enfermedad mental que no recuerdo durante el partido contra el Real Madrid.

Desde esta porqueriza, profe Umaña, sólo cabe decirle: felicitaciones. Y adelante el orgullo mandril. Ya tiene adeptos en este chiquero.

Ya era hora de que Hollywood se acordara de hacerle un homenaje a aquel adalíd de la patria que quedará marcado a hierro al rojo en la memoria de los colombianos por su fina inteligencia, sus frases míticas y sus siempre bien recordados métodos para persuadir a la izquierda. Ya era hora que de que en norteamerica el celeberrimo ex-presidente Turbay pasara a la inmortalidad. Un homenaje bien merecido.

Desde este mismo momento las Embajadas de Colombia y el también brillante Vicepresidente de la República deben iniciar una campaña educativa acerca del personaje y realizar eventos de primoción de la película en la Plaza de Bolivar. Y no es menos obligación de la productora del fílme de compulsar sendas invitaciones a personajes como Plinio Apuleyo Mendoza y regalarle una porción grande de maíz pira (¿todavía podrá comer eso?).

En estos momentos es que uno se siente orgulloso de su patria, ¡no joda!.

Verdades de nuestro precario fútbol.