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Adieu

Simios, prosimios, eslabones perdidos de la evolución y Bender:

Han sido tres años en los que hemos compartido situaciones, eventos, partidos, intentos de homicidio, beberecuas y hasta una que otra alegría entre nosotros. Algunos de ustedes se convirtieron en sustentos importantes para lo que considero yo que fue una época dura en la vida, y quiero agradecerles por eso. Todavía se les estima y "se les quiere". (inserte aquí comentario de Ajax en donde se proyecta).

Aún así, ya estoy harto de muchas cosas de ustedes. Por ejemplo, la tendencia excesiva que ha tomado este grupo de pelafustanes en los chistes sobre homosexualidad. No me interesa para nada compartir con gente cuyos únicos insultos derivan de costumbres que, mal que bien, deben ser integradas en una sociedad nueva; sí, yo ahora tengo amigos homosexuales. Y qué? También tengo amigas lesbianas. Y qué! Me fui a Melgar con un homosexual en enero. Y? También me fui con otros 8 tipos y 11 viejas.

Así mismo, también estoy harto de sus alusiones homosexuales al bar ubicado en la calle 60 con carrera 9a, llamado Velouria y que ha entrado acá como el Container. Sepan ustedes, estimados, que tomando esa misma alusión que ustedes toman, se puede decir que el viejo Antifaz, In Vitro, las tiendas de música de la 58, la Panamericana y los Only de Chapinero, y hasta el McDonald's de Lourdes también son chuzos de gays. Y no. Velouria tampoco, y de hecho los invito un viernes a que pasen por ahí.

Por úlitmo, su obsesión con el ídolo de pies de barro y ano de aluminio me tiene enfermo. Una de las principales cosas que he intentado hacer en estos tiempos nuevos, ahora que voy a entrar a universidad privada, y a hacer carrera en los medios, es la de darle a la gente la importancia que se merece. Y como el sujeto aquel del bajo Tequendama no la merece, pues no se la doy, mientras que ustedes todavía continúan brindándole al pelafustán ese una pleitesía bizarra, pero que no por bizarra deja de ser pleitesía. Como dicen acá mismo, háganse revisar.

Yo me hice revisar sicológicamente por una gran amiga mía, que se encuentra en estos momentos por Europa. El descubrimiento que hice en esa revisión es que, a pesar de que contra ustedes como personas, llámense Alejo, Gabbo, Carlos A, Szykula, Bangalter, Ajax, el lechón y hasta Bender, no tengo nada, ya no me siento representado por este sitio. Al no hacerlo, voy a aprovechar e irme, y seguiré con mis proyectos personales. Mi Twitter, mis blogs (Falta contra el BalónFloresta de Varia Estulticia), mi nueva carrera en el Rosario. Y he decidido dejar esta como una última entrada acá. Una despedida formal, si se quiere. Esta noche, tipo 9, volveré a pasar por la caja. Para despedirme de ustedes en persona.

Mientras tanto, sólo me queda desearles éxitos y suerte, por si el éxito les es esquivo.

Atentamente,

mache.

P.D: Si por alguna razón me necesitan, por MSN o Facebook.
 

Biografía de la heroica botella

Su vida inició como un tallo de caña de azúcar, en un desconocido lugar del valle del Río Suárez, entre Boyacá y Santander. Allá, entre los verdes y altos tallos de la caña, se iba produciendo la savia sagrada que tendría carácter histórico, aunque no lo esperara. Al cabo de algunos meses, en los que aguantó la lluvia torrencial de los trópicos, el sol quemante de Barbosa, las frías noches de todo lo que tiene que ver con Boyacá, y los embates de fungicidas, herbicidas, insecticidas y hasta matricidas (?), la vida del campo fue segada por el implacable filo de la guadaña. Una parte se convertiría en panela, otra parte en etanol para motores, algunos de esos tallos se reservaron para dar más caña, y el tallo que nos interesa se fue con otros muchos a la planta de la Licorera de Boyacá en Moniquirá.

En dicha planta, la savia sagrada fue extraída del bagazo (relación completa con los vagazos que habrían de consumirla) y puesta en un autoclave a cocer, se dejó fermentando algunas semanas y fue finalmente destilada para extraer el alcohol, y mezclada con múltiples productos de la madre tierra, como anís y agua. Y esta mezcla se embotelló, se llevó a Tunja y se dejó en un anaquel desconocido, hasta que un bestiarista la vio. Y quedó prendado de ella, y se dijo a sí mismo "sería buena para la reunión del viernes". Y dijo que era bueno, y la llevó a la reunión del viernes, y ese fue el día cuarto (?).

Llegó el viernes, y la botella recibió su turno en la nevera donde todos los tragos esperaban por su hora importante: la de ser destapada y consumida. Ay de ellos, si supieran la calaña de los que degustarían su contenido! Como tal, los aguardientes, ron, Martini, whisky y cervezas que se guardaban en el frigorífico eran consumidos uno por uno, ora en bajas cantidades, ora con celeridad. Y la botella heroica fue rezagada, y su futuro pintaba para ser parte de la nevera, junto al tomate y el jamón.

Pero el destino tenía reservados grandes designios para esta botella bendecida, y su predestinación llegó de manera inesperada: las hordas que se intentaron adueñar del centro del ágape se hicieron presentes, y la negociación de parte de aquellos que intentaron controlarlas iba a ser en vano. Así, a aquel bestiarista que hospedaba el centro del ágape, le dio un chorro de lucidez, en la forma de una idea: "entreguémosle la botella a las hordas salvajes y embrutecidas". Y así se hizo: se les entregó la botella a las hordas salvajes y embrutecidas, lideradas por un fantoche en traje blanco que estuvo cerca de arriar la madre y coger a puños al tercero al mando de la negociación. Y el líder de las conversaciones dio la botella, y el hospedador del centro del ágape los despidió. Y así, la botella fue ensalzada con su destino.

A partir de acá la historia se torna nebulosa. Se dice que la botella sacrificó su vida para felicidad de las hordas, quienes consumieron su contenido; y de los bestiaristas, quienes pudieron proseguir su ágape. Por eso, quiero con esta entrada hacer honor y gloria a la heroica botella que dio su vida por la protección nuestra. Y sólo se puede terminar esto con una palabra: salud!

N. de la R.: mucho ladrillo (?)

 

Algunos comentarios de inicio...

...como por ejemplo, que esto es un agujero de idiotas.

...que soy otro tarado metido acá adentro.

...que acá nosotros andamos todos perdiendo el tiempo.

...y que, a pesar de eso, somos felices perdiendo el tiempo acá...

...y que se los espera en mi humilde morada para la reunión oficial del viernes 9.

Con todo esto, inicio mis güevonadas. Pero tranquilo, querido lector. Yo a ussssssted lo quiero como un berrrrraco, papppppá!!!!



Acá volveré, cuando tenga tiempo y/o disposición para hilvanar tres ideas coherentes.
 

Con el patrocinio de